jueves, 15 de octubre de 2015

Mentiras

A la gran mayoría de las personas, en las que me incluyo, les jode muchísimo que les mientan. Una mentira supone una pérdida de confianza y una desilusión enorme. Pero por otro lado y parándote a reflexionar un poco sobre todo lo que nos rodea, todo gira en torno a cosas falsas, a mentiras.

Estas mentiras sirven para crear una falsa sensación de comodidad, de igualdad, y son generadas por el sistema y por ciertos hombres "iluminados" que seguramente tenían agorafobia. Todos los grandes términos sobre los que se sustenta nuestra sociedad son falsos. Por ejemplo, el principio de igualdad no existe; es una mentira muy muy gorda. Yo abogo por una igualdad de condiciones entre hombres y mujeres en cuanto a salario, condiciones laborales, etc, entre dos personas que ostentan el mismo puesto, pero yo no me considero igual que una mujer y, ni tan siquiera, que cualquier otro hombre como. La igualdad entre los seres humanos no existe, pero ahí reside los bonito de este gran circo, que en la variedad está el gusto, aunque yo debí nacer sin papilas gustativas.

Tampoco existe igualdad en cuanto a la clase. En cualquier momento te hacen saber que no eres igual que el Rey o el Presidente de Gobierno. Es algo clave en un sistema jerárquico, con el cual yo comulgo, pero si me estás hablando de rangos superiores e inferiores no me vendas el bulo de una igualdad inexistente porque no soy gilipollas y no te la voy a comprar. El problema más grande es cuando se crea una discriminación positiva a través de la Justicia. ¿Todos iguales ante la Ley? Una mierda. La Ley te lo deja a las claras que no es así por mucho que te lo digan como un principio universal. No sigáis vendiendo una moto que no tiene ni ruedas ni motor. La gallina de los huevos de oro se os ha quedado estéril; por lo menos conmigo.

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